LA BELLEZZA INTAGLIATA NEL MARMO

Meravigliosa scultura!
Italia e le sue meraviglie.
Disinganno, opera dedicata a Raimondo di Sangro al padre Antonio, duca di Torremaggiore
di Francesco Queirolo.

Questa maravilla di Francesco Queirolo non ha precedenti nella storia dell’arte.
No
Esistono poche cose simili sia nell’arte antico sia in quello moderno che abbiano questo livello di dettaglio, questo virtuosismo, questa dimostrazione di abilità con lo scalpello.
Vediamo a un uomo con la barba che è stato liberato dal peccato, (rappresentato per quella rete, la vera protagonista dell’insieme) grazie all’intelletto, incarnato in uno spirito alato con una piccola fiamma sulla fronte. L’angelo segnala la sfera ai suoi piedi, simbolo delle passioni mondane.

Francesco Queirolo (Italia, 1704 –1762) fu uno scultore genovese del secolo XVIII, famoso per le sue opere napoletane «impossibili da eseguire», le sue opere erano intagliate in grandi blocchi di marmo scolpiti con ricercata delicatezza e cura. Bisogna dire che sarebbe bastato lo scalpello usato una unica volta in falso per frantumare le sue opere.
Francesco Queirolo ha impiegato 7 anni per scolpire questa meraviglia.

***

Queirolo empezó su carrera en su Génova natal pero muy joven se instaló en Roma bajo la protección del cardenal Spinola.
Más tarde viajó a Nápoles y ahí se hizo un alquimista del mármol, capaz de conseguir crear filigranas tan finas y exquisitas a partir de duros bloques de piedra, que todavía hoy nos preguntamos cómo es posible que lo consiguiera.

Queirolo fue el único valiente entre todos los maestros italianos que se atrevió con el encargo, y además lo hizo en un solo bloque de mármol. Es especialmente reseñable la red, su perfección es tal que llama a acercarnos para comprobar que efectivamente no está hecha con cuerda, sino con mármol.

EL DESENGAÑO – FRANCESCO QUEIROLO
Esta maravilla de Francesco Queirolo no tiene precedentes en la historia del arte.
No existe nada similar ni en el arte antiguo ni en el moderno que tenga ese nivel de detalle, ese virtuosismo, esa demostración de habilidad con el cincel.
Vemos a un hombre de barba que ha sido liberado del pecado, (representado por esa red, la verdadera protagonista del conjunto) gracias al Intelecto, encarnado en un espíritu alado con una pequeña llama en su frente. El ángel señala el globo a sus pies, símbolo de las pasiones mundanas.

Francesco Queirolo (Italia, 1704 –1762) fue un escultor genovés del siglo XVIII, famoso por sus obras napolitanas «imposibles de realizar», grandes bloques de mármol tallados con tanta delicadeza y cuidado que un cincelazo en falso podrían desbaratar todo el trabajo.
Queirolo empezó su carrera en su Génova natal pero muy joven se instaló en Roma bajo la protección del cardenal Spinola.
Más tarde viajó a Nápoles y ahí se hizo un alquimista del mármol, capaz de conseguir crear filigranas tan finas y exquisitas a partir de duros bloques de piedra, que todavía hoy nos preguntamos cómo es posible que lo consiguiera.
Queirolo fue el único valiente entre todos los maestros italianos que se atrevió con el encargo, y además lo hizo en un solo bloque de mármol. Es especialmente reseñable la red, su perfección es tal que llama a acercarnos para comprobar que efectivamente no está hecha con cuerda, sino con mármol.
Cuenta la historia que el mismo Queirolo tuvo que pulir con piedra pómez la escultura, pues los artesanos de la época, incluso los más especializados en pulido, se negaron a arriesgarse a que se les rompiera en pedazos.
Francesco Queirolo empleó 7 años en esculpir esta maravilla en el siglo XVIII.

Yuleisy Cruz Lezcano